Perfil. Desarticuló la presencia de Sendero Luminoso (SL) en el Huallaga con un minucioso trabajo de investigación y coordinación con la Policía Nacional. Esa objetividad y la persistencia fueron las mismas cualidades que aplicó en el caso La Cantuta, y años después en las causas contra corrupción, narcotráfico y lesa humanidad de la década de 1990.
A sus 67 años, el fiscal superior y coordinador de la Fiscalía Penal Nacional señala que en el Ministerio Público hay una reserva moral importante, y que los casos de corrupción que existen no son la regla, sino la excepción.
“Para hacer este trabajo no solo hay que ser objetivo, sino también honrado porque la tentación se presenta.”
Es discreto con su vida personal, no obstante los desafíos que asumió en el Ministerio Público. Hoy es una personalidad paradigmática por las investigaciones que realizó sobre causas relacionadas con el terrorismo, corrupción y actos de lesa humanidad. Víctor Manuel Cubas Villanueva dejó su modesta tierra cajamarquina de Bambamarca sin imaginar que la rectitud y la honestidad que le enseñaron sus padres serían el norte de su accionar profesional, y que apoyó en la captura de uno de los últimos cabecillas de Sendero Luminoso: el ‘Camarada Artemio’.
Hoy, a sus 67 años, es iscal superior y coordinador de la Fiscalía Penal Nacional, una instancia especializada que tiene competencia para la investigación y el juzgamiento de delitos de terrorismo y contra la humanidad. De ella dependen tres iscalías superiores supranacionales con sede en Lima y funciones en el ámbito regional.
“Pueden trasladarse de un distrito judicial a otro según sean las necesidades de la investigación. También tengo a mi cargo 10 iscales provinciales, y trabajo básicamente en Ayacucho y el Vraem, en Apurímac, Huancavelica y Cusco”, comenta este hombre de hablar pausado que formó parte del primer grupo de abogados que se incorporó al Ministerio Público, cuando este se separó del Poder Judicial, hace más de tres décadas.
Fueron 120 en total, y en esa promoción destacan el ex fiscal de la Nación José Peláez Bardales y la ex ministra de Justicia María Zavala Valladares. Entonces, don Víctor Manuel no tenía en mente ser un magistrado dedicado a las causas de terrorismo y lesa humanidad. No. Más bien, le interesaban los procesos penales de delitos comunes.
En esta vida de penas y glorias, tuvo que enfrentar otros desaíos. En 1993 le pidieron que se encargará de la investigación de La Cantuta, y así lo hizo. “Fue el primer caso grave de violación de derechos humanos que se investigó. No teníamos recursos humanos ni implementos suicientes para realizar la investigación”, recuerda.
Temple
Sufrió amenazas y tuvo miedo, pero no perdió el temple. Durante el gobierno de transición (2000) lo asignaron como coordinador de las fiscalías que investigaron los procesos de corrupción, violación de derechos humanos y tráfico ilícito de drogas durante la gestión del expresidente Alberto Fujimori. En 2007, estuvo detrás de Sendero Luminoso en el Huallaga y apoyó en la captura y condena a cadena perpetua del ‘Camarada Artemio’.
“Para ejercer este incomprendido oficio se necesita de mucha emoción social, y ser objetivo y dedicado para investigar. Me apena que la clase política aún desconozca los peligros que entraña el terrorismo. Por ello, no obstante haber sido derrotado, continúa en el Vraem. La pobreza sigue siendo caldo de cultivo de esa organización.”
Don Víctor Manuel sostiene que en el Ministerio Público hay una reserva moral importante, y que los casos de corrupción que existen no son la regla, sino la excepción. “Para hacer este trabajo no solo hay que ser objetivo y transparente, sino también honrado porque la tentación se presenta cien veces”, subraya.
HOJA DE VIDA
● Me formé como abogado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (1970- 1978).
● Tengo una maestría en Ciencias Penales (1992-1994).
● Como profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú, he publicado siete libros, dos de las cuales son Constitución, proceso y poder político (2000) y Cantuta: crónica de una investigación fiscal.
El Peruano