Por Susana Mendoza Sheen
Tiene más de dos décadas trabajando en el Poder Judicial y es la primera jueza que recomendó a una mujer víctima de violencia en situación de alto riesgo, utilizar el aplicativo Botón de Pánico como medida de protección para alertar a la policía que su pareja agresora la acosa y está cerca de ella.
Frente a la pantalla del televisor, el 8 de agosto de 1990 Katherine La Rosa Castillo decidió darle un rumbo a su vida. La noticia de que el costo de la canasta básica familiar aumentaría de manera sideral la hizo pensar en el impacto que tendría esa medida en su vida y en la de las personas de escasos recursos económicos. Eligió el derecho para enfrentar aquella incertidumbre.
Acababa de ingresar a la universidad San Martín de Porres para ser abogada y se dio cuenta de que debía seguir esa carrera para fortalecer su ímpetu social. Esa joven se convirtió en una jueza con garra, experta en derecho civil y procesal. Actualmente trabaja en uno de los dos juzgados de familia que tiene la Corte Superior de Justicia de Ventanilla.
Desde el 2015 realiza sus labores de jueza con gran dinamismo. Solo en el 2018, por ejemplo, tuvo a su cargo la resolución de 1,300 expedientes. Más del 50% estuvieron relacionados con procesos de violencia contra la mujer y otros miembros de la familia.
Esta situación la motivó a disponer el uso del Botón de Pánico. El 13 de marzo ordenó que a Juana Pérez (el nombre real de la víctima se mantiene anónimo) le correspondía utilizar esta herramienta tecnológica para protegerse de su expareja.
El agresor incumplía con la pensión de alimentos y la condicionaba con el pago de esta si mantenían relaciones sexuales. No satisfecho con eso, la visitaba en las madrugadas en estado de ebriedad.
“Establecí que el ex no se acerque a ella a una distancia menor de 500 metros, y que use el Botón de Pánico en caso de que el señor incumpla con esta sentencia para que policía y serenos vayan en su ayuda. Gracias a esta herramienta, el acceso a la justicia es de manera concreta y material. Estamos ayudando a las mujeres a que ejerzan sus derechos”.
Senderos del pasado
De sus años como escolar y estudiante universitaria rememora la época del terrorismo, cuando la ciudad de Lima se sumergía en la oscuridad por los apagones que ocasionaban los terroristas de Sendero Luminoso. Durante aquellas noches tenía que prender velas para estudiar o para cenar y conversar en familia.
Mientras terminaba el pregrado postuló a unas prácticas en el Poder Judicial que le revelaron que lo suyo era que la gente tomara conciencia de sus derechos.
“Me impactó observar la trascendencia social que podía tener una resolución judicial, su predictibilidad”, cuenta. No se ha detenido desde entonces. En 1997 trabajó en la Corte Superior de Lima, en el 2005 fue jueza de paz letrado en la Corte de Justicia de Loreto y al año siguiente, y durante nueve años, jueza del Quinto Juzgado de Paz Letrado de Barranco y Miraflores.
“Estoy convencida de que la mujer tiene que materializar sus derechos y estamos para apoyarla. Ser jueza de familia no es sencillo, la decisión que tomemos por un miembro sin duda afectará a todos. Se aprende a manejar las emociones”. Katherine es justa.
Hoja de vida
-Es abogada formada en la USMP (1995).
-Es Magíster en Derecho Civil por la Universidad Federico Villarreal (1999).
-Tiene estudios de doctorado de Derecho en la misma casa de estudios (2006).
-Estudió la Maestría en Derecho Procesal por la U. Nacional de Rosario, Argentina. (2014).
Fuente: Andina