Los especialistas aconsejan contar con al menos una tarjeta de crédito aunque el costo de este financiamiento suele ser significativo. Después del sobregiro bancario, la tarjeta de crédito es el instrumento financiero con tasa de interés más elevada, señaló Edmundo Lizarzaburu, docente de Esan.
Así, indicó que el crédito revolvente permite al cliente “jugar” con el dinero de la tarjeta pues en el periodo entre la compra y el pago no estaría sumando intereses.
El costo de una tarjeta de crédito está entre el 40% y 120%, lo cual no es bueno ni malo, sino son las condiciones que la entidad financiera establece, dijo. Sin embargo, agregó, es fundamental tener clara la fecha de cierre del estado de cuenta a fin de ganar algunos días dentro del flujo de caja.
Los pagos revolventes con tarjeta de crédito convienen en la medida en que generan un beneficio en el flujo de caja del cliente, de lo contrario puede hacerlo caer en un sobre gasto financiero, sostuvo. Por tanto, recomendó no financiar con tarjetas de crédito la compra de comida o bienes de consumo pues no genera un valor a largo plazo.
En esta línea, cuando el flujo de caja del tarjetahabiente es ordenado, puede adquirir sus productos un día después del cierre de facturación con el objetivo de beneficiarse con algunos días adicionales para el pago de su deuda, mencionó.
Pero, si no analiza los días de facturación y consume de manera recurrente, en situaciones como la actual pandemia en que los ingresos se redujeron, no le es posible cubrir sus gastos, expresó.
“Automáticamente empieza a financiar en cuotas sus compras que eran revolventes, lo que incrementa el monto adeudado pues genera intereses imprevistos”, acotó.
Otra característica interesante del crédito revolvente, afirmó, es que al permitir compras sin cuotas, da la opción de cancelar el 100% de la deuda al cierre de la facturación a fin de que la línea se libere.
Pese a que el cliente se beneficia de la flexibilidad en el monto a abonar en la tarjeta, también podría perjudicarse si decide realizar pagos mínimos a su tarjeta, manifestó.
Pagar por debajo del total o el monto mínimo solo extiende el plazo de la deuda y eleva la carga financiera por el elevado costo de este producto bancario, acotó.
El economista sugirió recurrir a fuentes de financiamiento que permitan que el flujo de caja de las personas sea eficiente, lo que está asociado a reducir el costo.
La tarjeta de crédito debería ser un mecanismo de emergencia, en otros casos, se debería acudir a préstamos personales o acceder a una reprogramación de las deudas más no congelamiento, aconsejó.
Fuente: Gestión
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